viernes, 29 de junio de 2012

Maestro, educador, pedagogo


     EL MAESTRO DE MAESTRO  EL CHINANDEGANO JOSE  LAZARO SANCHEZ
En sentido ontológico o del ser, toda las personas somos iguales pero cada quien tenemos nuestra propia identidad que nos hace diferentes.
Como personas distintas y a la vez iguales poseemos dignidad, libertad y sociabilidad, a la par que necesitamos de justicia, satisfacer nuestros derechos y necesidades básicas, incluso la de ser felices.
En nuestra vida y en la vida de la sociedad existe, actúa e influye una persona, es decir una forma muy particular de ser persona, muy especial y de extraordinaria importancia puesto que en gran medida es el sustento activo y permanente de la formación de las personas y ciudadanos que dan continuidad a la historia y cultura de cada pueblo. Es una persona especial, única, insustituible en la vida de cada pueblo.
Esa persona a la que conocemos y llamamos maestra, maestro, encierra un significado que abre un gran espacio a través de su persona, su trabajo, su ejemplo y su proyección.
Presente en el aula, la escuela, la comunidad, el país, siempre en interacción con personas, niños, adolescentes, jóvenes, adultos, desarrolla tres importantes tareas, la de maestro, la de educador y la de pedagogo, según la publicación “El regalo de sí mismo”. Madrid 2006. Es el mismo en tres grandes dimensiones del proceso educativo de las personas, de la ciudadanía, de la historia y cultura del país.
Maestro no es necesariamente quien enseña sino quien sabe. El maestro es un sabio que sabe tejer tarea y gozo. Y tratándose de educar para la vida, es quien sabe y saborea la sabiduría de la vida;
El maestro está comprometido en su propio crecimiento; sus alumnos lo observan y lo notan; es una persona reconciliada con su historia. Vive en paz; sus alumnos lo perciben; está más allá de pretensiones y ansiedades. Es una persona sosegada; sus alumnos lo agradecen; es autónomo, sabe lo que quiere y lo que no quiere; sus alumnos le admiran; el maestro posee su vida y es poseído por la vida en crecimiento; sus alumnos se felicitan por ello.
Educador es quien tiene propuesta educativa y la ofrece y la trabaja; el educador es un buscador-innovador, que guarda en su mente y en su corazón una pregunta respondida, y nuevas preguntas y nuevas búsquedas, nuevos intentos, nuevas respuestas en relación asi mismo y a los alumnos y a la comunidad; un educador siempre se pregunta qué perfil de persona quiere proponer, qué medios puede aportar para que su alumno pueda lograrlo y, sobre todo qué fines, qué sentido de la vida puede ofrecerle; propone porque se siente propuesto. Pero, no propone valores que él o ella no reconoce como bienes para sí. Está personalmente implicado en lo que propone. Cuanto propone es propuesta para él, un bien para él.
Pedagogo es quien sabe aplicar la dosis conveniente en el momento oportuno; el pedagogo es un mago que sabe sacar lo mejor de sus alumnos, aquello que ni siquiera ellos mismos conocen. Sabe que cada uno es la cueva de Alí-Babá y como mago está dispuesto a enseñarle las palabras mágicas para que su cueva se abra y pueda descubrir y gozar de los grandes tesoros que guarda su interior. Sin esas palabras mágicas, esos tesoros se perderían en el olvido; el pedagogo cree, siembra, nutre, ayuda, espera, da oportunidades, enseña medios, ofrece recursos, genera procesos, corrige, ilumina, motiva, estimula, sabe adelantarse, se sitúa en lo positivo y trabaja desde lo positivo. El pedagogo tiene paciencia inteligente, conoce a su alumno, sabe lo que le está pasando y se sitúa en lo posible y con esperanza.
Como maestros que enseñamos a vivir, estamos como en un escaparate. Nuestros alumnos nos ven. Nos ven con decisión de crecer como personas, decididos a vivir y a vivir bien y a vivir del todo, enamorados de la vida. Y necesitan vernos queriendo aprender, crecer abiertos a la vida a lo por-venir.
A todos ellos se debe que nuestra educación tenga vida y vida cada vez más abundante en sus diversos niveles, modalidades y sus componentes extrínsecos e intrínsecos.
Mi respeto y admiración a todas nuestras maestras y maestros.
J.B.ARRIEN.