viernes, 21 de septiembre de 2012

Los ejes en el proceso enseñanza-aprendizaje


Los sistemas educativos reciben día a día nuevas demandas en consonancia con los avances de la ciencia, la cultura, la sociedad, la globalización, las TIC, etc. teniendo que dar respuesta pedagógica pertinente con nuevas formas metodológicas y didácticas.
En este contexto se ha dado mucha importancia pedagógica a los denominados ejes sean estos transversales o tangenciales sin desestimar la centralidad que exige por ejemplo, el tema de los derechos humanos.
Sobre los ejes transversales se ha hablado y practicado mucho haciendo por ejemplo que las denominadas nuevas sensibilidades educativas tales como los derechos humanos, el medio ambiente, la equidad de género, la cultura de paz o la interculturalidad atraviesen la matriz del currículum y consiguientemente están presentes de forma creativa en las diferentes disciplinas. Pese a su valor pedagógico los ejes transversales no siempre encuentran la exigencia propia en determinadas materias, precisamente por considerarlas como algo añadido y no sustancial a su carácter científico. Sin embargo siguen siendo un recurso pedagógico de gran incidencia en los procesos de aprendizajes. Ya tienen carta de ciudadanía en la pedagogía moderna. No así respecto a los ejes tangenciales, es decir aquellos que sin una especificidad que conforme una unidad como los derechos humanos, no obstante contienen, activan y despliegan elementos educativos generales y de gran impacto en el proceso de formación de un estudiante debido a la integralidad de aspectos que lo afectan en el ámbito psicoafectivo y psicosocial.
Algunos ejemplos clarifican la naturaleza e influencia educativa de los ejes tangenciales.
Recientemente se realizaron en Londres las Olimpiadas tanto de atletas con todas sus facultades intactas como las de aquellos que tienen alguna limitación humana, sea física o mental. Respecto a la primera, los récords de Phelp o Boy generan enorme admiración, cierto tipo lejano de modelo a imitar a la par que traslucen cierto reto o envidia sana muy profunda. En el fondo se evidencia que para llegar a esos niveles se ha desplegado el gran potencial que posee la naturaleza humana en forma de factores educativos, el esfuerzo, la disciplina, asumir una meta que alcanzar, el sacrificio, la integración con el técnico, etc. a los que en los deportes de conjunto se añaden el trabajar, gozar, sufrir, compartir en equipo. Son aprendizajes importantes.
Los juegos paralímpicos dejan múltiples lecciones que en conjunto constituyen el ideal educativo de la superación. En una entrevista a un atleta que había participado en una olimpiada normal y ahora lo hacía con alguna limitación física, el periodista le preguntó ¿Qué diferencia existía entre participar en una y otra olimpiada? Él contestó: El deporte, el atletismo es el mismo se nutre de esfuerzo, disciplina, dedicación, creer en uno, ponerse una meta, etc. pero cuando uno posee una limitación tienes que apelar más a tu espíritu, este es distinto, es superior, es supremo, mi medalla es el producto de más espíritu.
Los juegos olímpicos y paralímpicos constituyen un verdadero ejemplo de eje educativo tangencial.
Hace una semana se celebró y trasmitió por televisión el desfile central de los centros educativos haciendo honor a las Fiestas Patrias. Aparte de los factores más relacionados con los factores educativos como el sentido de patria, la organización, el orden, la belleza, la presentación, etc., el desfile de este año se convirtió en un eje educativo de carácter tangencial muy importante pues integró en un acto continuado la expresión y concreción de grandes valores que dan vida y sustentan los fines educativos de una persona.
No hay duda que los ejes tangenciales se introducen en el núcleo mismo del proceso educativo global.
Más allá o acá del sentido de la educación informal el eje educativo tangencial tiene la característica de introducirse de múltiples formas en el núcleo mismo de los procesos educativos. Muchos de estos ejes están a nuestro alcance, pero no estamos acostumbrados a extraer su valor educativo porque frecuentemente reducimos el eje tangencial a un espectáculo, una diversión, un acontecimiento, un pasatiempo que se reduce a un momento fugaz. El eje educativo tangencial tiene un sentido educativo penetrante que se hace parte de nuestra estructura psicoafectiva y psicosocial claves en el proceso educativo.