No
cualquiera es un buen educador. No basta con cursar unas materias en el
profesorado. Un diploma no es garantía de ejercicio idóneo de la
docencia. No he de decir que "maestro se nace". Naturalmente que hay
dones recibidos que favorecen a algunos, pero también es posible
conquistarse a sí mismo y adquirir nuevos talentos y virtudes. Muy
importante es la pasión. La pasión por educar, por guiar hacia la
verdad, por formar a las personas. Un verdadero educador es más artista
que técnico, y es más sabio que erudito. Hay demasiados técnicos en
educación y mucha capacitación en métodos y disciplinas. Pero lo humano
se les ha escapado. En este mundo conviven mediocres con pomposos
títulos y gruesos currículos, y encantadores maestros sin diploma o
apenas con los certificados necesarios. No digo que el diploma, el
método y la técnica no importan. Digo que no bastan. Aunque muchos
sostengan lo contrario, el docente no es trabajador, es educador. Si
eres docente o estás en camino de serlo, sería bueno que reflexionaras
sobre esto.