Los centroamericanos somos herederos de una rica tradición universitaria. Existe un valioso legado histórico del cual podemos sentirnos legítimamente orgullosos.
En Centroamérica, la Universidad fue creada hace más de tres siglos. La Universidad de San Carlos de Guatemala, “Casa solariega de la cultura centroamericana”, fue fundada en 1676, ocupando el lugar número catorce entre las primeras fundaciones universitarias del Nuevo Mundo. Su carácter centroamericano quedó claramente definido en los mismos documentos legales de erección, pues en ellos se concede el privilegio universitario “a todas estas provincias, para que todas ellas reciban y tengan el consuelo y el alivio que de la fundación de esta Universidad se ha de seguir a sus vecinos y naturales”. A San Carlos acudieron, por muchísimos años en busca de ilustración, jóvenes nacidos en las distintas provincias de la antigua Capitanía General del Reino de Guatemala, entre ellos los nicaragüenses Miguel Larreynaga y Tomás Ruiz. Por más de un siglo no hubo en Centroamérica otra universidad que San Carlos, hasta que en 1812 las Cortes liberales de Cádiz autorizaron el establecimiento de una segunda universidad: la de León de Nicaragua, última creada por los españoles en sus dominios en las postrimerías del régimen colonial, y que el 10 de enero del 2012 cumplirá doscientos años de su fundación.
La Universidad de San Carlos de Guatemala fue, posiblemente, la más criolla o americana de las universidades coloniales por su notable adaptación a la realidad centroamericana. De ahí que, según el sociólogo Hanns-Albert Steger, es en San Carlos donde mejor puede observarse el proceso de “americanización” o sea del despertar de la “conciencia criolla”. En ella también es donde tuvo lugar la más interesante reforma universitaria del siglo XVIII, inspirada por la Ilustración promovida oficialmente por la Corona española en tiempos de Carlos III, y que transformó las anquilosadas estructuras universitarias coloniales.
Entre los ilustrados de Guatemala ocupaba lugar prominente el fraile franciscano José Antonio Liendo y Goicoechea, nacido en Cartago, Provincia de Costa Rica, en 1735, discípulo de Duns Escoto y de Fray Benito Jerónimo Feijóo, enciclopedista, reformador de los estudios de la Universidad de San Carlos, mentor de la generación de donde surgieron los próceres de la Independencia centroamericana y uno de los fundadores de la Sociedad Económica de Amigos del País, máximo fruto de la Ilustración en Centroamérica. Liendo y Goicoechea, apartándose de la hasta entonces indiscutida enseñanza aristotélico-tomista, introdujo la física experimental en el curso de Filosofía que impartió, “según el sentido moderno”, en 1769, utilizando máquinas y aparatos que trajo de Madrid.
Además, propuso una reorganización total de la enseñanza, de inspiración cartesiana, que implicaba una nueva concepción universitaria y profundas innovaciones en cuanto a planes de estudios y métodos docentes.
En las postrimerías del siglo XVIII, y en buena parte como consecuencia de la renovación promovida por el padre Goicoechea, la Universidad de San Carlos de Guatemala experimentó una profunda transformación ideológica y científica. En su seno tuvieron lugar discusiones filosóficas que demuestran hasta dónde las ideas más avanzadas de la época encontraron pronto eco en la universidad centroamericana. “Desde la duda metódica de Descartes o la teoría newtoniana de la gravitación, hasta los experimentos de Franklin sobre la electricidad o los últimos desarrollos en hidráulica, difícilmente exista un problema que no se haya expuesto o analizado durante algún examen en la Universidad de San Carlos de Guatemala durante la última mitad del siglo XVIII”, asegura John Tate Lanning.
La Universidad de León, creada por decreto de las Cortes de Cádiz del 10 de enero de 1812 fue, como vimos antes, la última de las cerca de treinta universidades establecidas por los españoles en el período colonial. Se rigió por las Constituciones de la Universidad de San Carlos y fue la evolución, hasta el nivel universitario, del antiguo Seminario de San Ramón, erigido en 1680. Su organización y régimen de estudios fue similar al de San Carlos. Del Seminario y de la Universidad de León egresaron ilustres ciudadanos de las otras provincias centroamericanas, que tuvieron destacada actuación en la vida política y cultural de sus respectivos países. Así el Padre José Trinidad Reyes, fundador de la “Sociedad del genio emprendedor y del buen gusto” (1845), germen de la Universidad de Honduras, cuya fundación se debió al Padre Reyes y al Jefe del Estado, Dr. don Juan Lindo (1847). Otro eminente egresado de la Universidad de León fue el Dr. José María Castro Madriz, fundador de la República de Costa Rica y de la Universidad de Santo Tomás de Costa Rica (1843), erigida sobre la base de la antigua Casa de Enseñanza de Santo Tomás (1814), cuyo organizador, por iniciativa del Ayuntamiento de San José, fue el célebre Bachiller Rafael Francisco Osejo, mestizo nicaragüense que animó las ideas independentistas en Costa Rica y hoy día encabeza la lista de beneméritos de aquel país, donde alguna vez fue llamado “genio inquieto y perturbador”.
LIC.RENE DAVILA/ 01060011
LIC.RENE DAVILA/ 01060011
No hay comentarios:
Publicar un comentario