En tiempo de elecciones, difícilmente la comparecencia de un “presidenciable” concluye sin recurrir a la típica promesa de “vamos a trabajar para salir de la pobreza”.
Pasan los gobiernos y las estadísticas revelan que el flagelo sigue allí, carcomiendo la sociedad que clama por oportunidades.
Una situación que según han expuesto y reconocido --incluso los políticos-- se desprende de la falta de una apuesta seria por la Educación.
“Gobernar es educar”, es el lema que el exministro de Educación, Carlos Tünnermann, ansía asuma el próximo presidente del país.
Se mantienen las brechas
El promedio de escolaridad de los nicaragüenses, según datos del Ministerio de Educación, es de apenas cinco grados; sin embargo, para que una población se encamine en la ruta que lleva a salir de la pobreza, son necesarios 11. Por eso es determinante que los candidatos que aspiran asumir la silla presidencial en 2012 conozcan esa larga lista de necesidades educativas que, de no ser atendidas, representan una condena al no desarrollo del país.
El Foro de Educación y Desarrollo Humano, en los últimos comicios resumió esas urgencias educativas, con la aspiración de que fuera fuente de referencia de los políticos una vez en el poder.
Evaluando la “Agenda Educativa Nacional desde la Sociedad Civil para el período 2007-2012”, Jorge Mendoza, Director Ejecutivo del FEDH, ve “avances significativos, pero no suficientes”.
En parte, por la incapacidad para “honrar los compromisos nacionales e internacionales en el tema”, y muestra de ello es la persistencia de los “nudos críticos de la educación”: falta de acceso, equidad real y bajo nivel de inversión pública y financiamiento.
Entre esos compromisos está el universalizar la Primaria, lo cual, de acuerdo con un reciente estudio del Foro Eduquemos, no podremos cumplir en 2015, porque no contamos con las condiciones para hacerlo. Aun solo el 47% de quienes ingresan al sistema sobreviven al Sexto Grado. El Mined se ha proyectado alcanzar la meta en 2012, plazo calificado como no aterrizado a la realidad.
Es allí donde Tünnermann ve necesario establecer un orden en el rumbo que se le da a la Educación. Y eso parte de la definición de un Plan Nacional de Educación al 2021, “con políticas de Estado de mediano y de largo plazos, basados en grandes consensos educativos” que sirvan de “norte”.
En deserción también hay saldo negativo. De acuerdo con el Informe de Liquidación Presupuestario 2010 del Mined, el 11.6% (92,400) de los alumnos de Primaria abandonan las aulas. En Secundaria, se reporta un 15.6% de deserción correspondiente a 69,700 alumnos.
En total, en 2010, 377,300 estudiantes en Educación Básica y Media no avanzaron.
Falta articular
Tanto Mendoza como Tünnermann identifican entre otros “pegones”, la falta de articulación y de coherencia entre los subsistemas, los niveles y las modalidades educativas, como el obstáculo para alcanzar la equidad, la calidad, la pertinencia y la eficiencia de la educación.
Falta continuidad curricular, apunta el exministro.
“Las acciones que el país desarrolla para mejorar la calidad de la educación son insuficientes y poco eficaces, los indicadores del rezago educativo nacional muestran un panorama desolador que compromete el futuro y el desarrollo del país”, advierte Mendoza
LIC:RENE DAVILA / 24050011
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