lunes, 11 de julio de 2011

LA INVERCION EN LA EDUCACION GARANTIZA EL DESARROLLO ECONOMICO SOSTENIBLE DE LOS PUEBLOS.

El último libro del periodista Andrés Oppenheimer, “Basta de Historias, la obsesión latinoamericana con el pasado y las doce claves del futuro”, analiza la historia de éxito en materia de desarrollo económico y competitividad de países que han convertido el mejoramiento del sistema educativo en una prioridad nacional.

Se trata de países disímiles como Finlandia, Singapur, India, Corea del Sur, y otros como China e Israel; y también analiza críticamente el rezago de América Latina, y las buenas experiencias que están siendo promovidas con Chile a la vanguardia del continente. Invitado por la revista Estrategia y Negocios e INCAE, el corresponsal de The Miami Herald, brindó en Managua una conferencia sobre educación, innovación y tecnología. A continuación sus reflexiones.

El titulo de tu libro es una provocación para Latinoamérica en este año del bicentenario de la independencia “Basta ya historias! ¿Por qué?

Cuando voy, para hacer este libro, a China, a India, a Singapur, países que tienen una historia milenaria, los funcionarios chinos e indios, y finlandeses y noruegos, de todos estos países que he ido, están hablando del futuro, no están hablando del pasado. Y cuento en el capítulo de Singapur, es una anécdota muy graciosa, que llego al aeropuerto de Singapur, cambio unos dólares para tomar un taxi e ir al hotel, y cuando me dan los billetes y digo –¡caramba, no! ¿qué es esto?- ¿Qué ponemos nosotros en nuestros billetes en América Latina?

Un prócer.

Los próceres de la independencia. ¿Ellos qué ponen? Una imagen de una universidad, un profesor, estudiantes, y abajo una palabra – educación-. Nosotros estamos mirando para atrás y ellos están mirando para adelante, y eso me pasó en todos los países a los que fui, ni en China, ni en India, ni en Singapur, ni en Finlandia, ni en ninguno de estos países, que están avanzando a pasos acelerados y reduciendo la pobreza a pasos acelerados, dictaduras, democracias, países de derecha, países de izquierda, en ninguno de estos países que tienen en común el estar avanzando y reduciendo la pobreza te hablan del pasado.

¿Pero, cuál es el problema con la historia? ¿Acaso no estamos obligados a aprender del pasado para no repetir los mismos errores?

Yo no digo que dejemos de discutir nuestra historia, pero la obsesión nuestra con la historia tenemos que dejarla un poquito de lado para mirar un poquito más para adelante porque nos está distrayendo de la urgentísima tarea de enfocarnos en los temas del futuro: la educación, la ciencia, la tecnología, la innovación.

En este libro hablás de Finlandia, Singapur, la India, Corea del sur, China. ¿por dónde empezaron?

Singapur es un país de 4 millones y medio de habitantes, parecido a otros, no tienen ni un recurso natural, cero; no tienen petróleo, no tienen comida, no tienen agua, importan el agua que toman, y precisamente cuando le pregunto al ministro de educación de Singapur –¿oiga, y ustedes como hicieron para ser uno de los países más ricos del mundo?-, y dice – muy simple, no tenemos nada, y lo único que tenemos es gente con cerebro- , entonces, que no, por cierto, eran muy pobres y muy rudimentarios hace 50 años, entonces, me dice –empezamos a invertir en la calidad educativa de nuestra gente-.

Y hoy día Singapur produce miles de patentes todos los años, se han convertido en la potencia del mundo en desarrollo, su ingreso per cápita es mayor que el de estados unidos, y era un país como Nicaragua: pobre, campesino, con unos niveles de analfabetismo impresionantes, y en 40 años, que no es nada en la vida de un país, en 50 años se han convertido en uno de los países mas desarrollados del mundo.

¿Qué es lo que hace el cambio? ¿tiene que ver con la cobertura educativa o la calidad?

Es una combinación de la cantidad, por supuesto, sin dinero no puede hacer nada, pero sobre todo de la calidad y el rigor, y un poco de lo que yo llamo la paranoia constructiva. Estos países viven pensando que el de al lado lo está haciendo mejor, viven compitiendo en test internacionales, porque todos participan en los test PISA, que son los test para jóvenes de 15 años en matemáticas, ciencia, y comprensión de lectura. Entonces, viven comparándose con otros y si salen segundos, dicen –no, no, el otro está saliendo primero, ¿qué puedo hacer para convertirme, para mejorar mi calidad educativa?-


¿El vínculo entre mejorar la calidad de la educación y la economía, se relaciona con la economía del conocimiento en estos tiempos?

Los países que producen bienes de valor agregado ganan muchísimo más que los países que venden petróleo, café o materias primas. En el libro doy un ejemplo de una taza de café que toma un consumidor en una tienda de estados unidos, cuesta dos dólares cincuenta, tres dólares, ¿qué porcentaje de esa taza de café van para el caficultor nicaragüense, o colombiano, o costarricense, o donde sea? Tres por ciento, el 97% de esa taza de café va a los que hicieron la ingeniería genética del café, el procesamiento, la distribución, el marketing, todos productos de la economía del conocimiento. ¿Entonces, como países dónde queremos estar? ¿queremos estar entre los que se llevan el 3% del valor de esa taza de café o entre los que se llevan el 97%?

Corea del Sur, otro país que era pobrísimo hace treinta, o cuarenta años, hace 50 años tenía un nivel de pobreza impresionante, el año pasado Corea del Sur patentó, registró 8 mil ochocientas patentes en Estados Unidos. ¿Sabes cuantas ha registrado Nicaragua?

Probablemente ninguna.

Exactamente, cero.

¿Cuánto registra un país de los pesos pesados de América Latina?

Cien. Brasil registra cien contra 8 mil ochocientas de Corea del Sur. No es casualidad de que estos países asiáticos estén creciendo tanto más que nosotros y reduciendo tanto más la pobreza, le están apostando con todo a la calidad de su educación, internacionalizando la educación. China está exigiendo, mandatoriamente que todas las escuelas primarias chinas enseñan inglés.

¿Qué tiene que ver esto con la política? Mencionaste Singapur, China. En el libro decís que políticamente Singapur es una dictadura

China también.

En China no hay libertad de expresión, sin embargo Finlandia es un país distinto. Ahora, ¿tiene esto que ver con la calidad de los estados y si hay o no hay democracia?

No. Los países que están avanzando y reduciendo la pobreza, la única cosa en común que tienen es una concentración en la calidad educativa; porque China es una dictadura de izquierda, Singapur es una dictadura de derecha, los demás son democracias. Filandia es una democracia exitosa, Chile es una democracia exitosa, Israel es una democracia de derecha, o sea, ahí tienes de todo, pero todos tienen una cosa en común, le están apostando a la ciencia, a la tecnología y a la innovación, están creciendo como nadie y están reduciendo la pobreza mas que nadie, mientras que los países que están solamente ocupados en masificar la educación para poder decir –graduamos a tantos- que son fábricas de diplomas, como Venezuela, se están quedando cada vez más atrás. Venezuela está produciendo la mitad de las patentes que producía hace diez años.
  LIC:RENE DAVILA /10060011

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