domingo, 8 de mayo de 2016

¿Por qué el Sistema Educativo Finlandés es tan bueno?

Valoración y prestigio social de los maestros, claves para el éxito de Finlandia

Los niños finlandeses de hoy estarán el día de mañana entre los profesionales más preparados del mundo. No lo predice ninguna bola de cristal, lo auguran datos objetivos. Desde que la OCDE comenzara en el año 2000 a elaborar su informe PISA, Finlandia ha acaparado los primeros puestos del podio en Europa por su excelente nivel educativo.
Apenas un 8% de los alumnos finlandeses no terminan sus estudios obligatorios, algo que puede sorprender ya que a los 4 y 5 años menos de la mitad de los niños finlandeses acuden a guarderías y no empiezan el colegio hasta los 7 años. Dos años después, sus puntuaciones son mejores que el resto de los países estudiados por la OCDE.
¿Qué pasa en Infantil o pre-primary education -niños de 6 años , el año previo a la escolaridad obligatoria-? (1)
Según el currículum -Core Curriculum for Pre-primary Education (2000)-, los metodos y las actividades son de lo más variado y versatiles posible. El curriculum no divide la enseñanza en temas o lecciones pero si incluye varios “campos” y “objetivos”. Estos “campos o temas” son: lenguaje e interacción, matemáticas, etica y filosofía, medioambien y estudios naturales, desarrollo físico y motor y arte y cultura.
La ratio no viene regulada por ley. El Ministerio recomienda una ratio máxima de 13 niños por grupo. Si hay otra persona cualificada a cargo del grupo, el tamaño puede llegar a 20.
¿Y en primaria?
Durante los primeros seis años de la primaria los niños tienen en todas o en la mayoría de las asignaturas el mismo maestro, que vela por que ningún alumno quede excluido. Es una manera de fortalecer su estabilidad emocional y su seguridad. Hasta 5º no hay calificaciones numéricas. No se busca fomentar la competencia entre alumnos ni las comparaciones.
La educación gratuita desde preescolar hasta la universidad incluye las clases, el comedor, los libros y hasta el material escolar aunque si alguien lo pierde está obligado a pagárselo. La jornada escolar suele comenzar sobre las 8,30-9 de la mañana hasta las 3 de la tarde, con el paréntesis del almuerzo a las 12-12,30 horas. En total, suman 608 horas lectivas en primaria, frente a las 875 horas de España, con deberes en casa que no son excesivos. ¿Cómo consiguen mejores resultados en menos tiempo?
En palabras de Javier Melgarejo, psicólogo escolar, «El éxito finlandés se debe a que encajan tres estructuras: la familia, la escuela y los recursos socioculturales (bibliotecas, ludotecas, cines…)». Los tres engranajes están ligados y funcionan de forma coordinada. «Los padres tienen la convicción de que son los primeros responsables de la educación de sus hijos, por delante de la escuela» y complementan el esfuerzo que se hace en el colegio. «En Finlandia el 80% de las familias van a la biblioteca el fin de semana», añade el psicólogo escolar catalán, para quien este estímulo de la lectura en casa resulta fundamental.
El sistema social finlandés contribuye con numerosas ayudas oficiales a las familias, que pueden conciliar su trabajo y la atención a sus hijos.
Existe una herencia cultural luterana basada en la responsabilidad que fomenta la disciplina y el esfuerzo, a la que también acompaña una climatología que empuja a encerrarse en casa, pero estos factores también están presentes en otros países vecinos, como Suecia o Dinamarca, que disfrutan de mayor nivel económico y sin embargo figuran varios puestos por debajo en PISA.
De maestros, los mejores
La diferencia radica en la elevada calificación académica del profesorado en Finlandia, principalmente en educación primaria. «Los finlandeses consideran que el tesoro de la nación son sus niños y los ponen en manos de los mejores profesionales del país», destaca Javier Melgarejo.
Los mejores docentes se sitúan en los primeros años de enseñanza, donde se aprenden los fundamentos de todos los posteriores aprendizajes. Se considera que hacia los 7 años el alumno se encuentra en la fase más manejable y es cuando realiza algunas de las conexiones mentales fundamentales que le estructurarán toda la vida. Por eso, se considera esencial seleccionar a quien ayudará en este proceso.
Para ser maestro se necesita una calificación de más de un 9 sobre 10 en sus promedios de bachillerato y de reválida y se requiere además una gran dosis de sensibilidad social (se valora su participación en actividades sociales, voluntariado…). Cada universidad escoge después a sus aspirantes a profesores con una entrevista para valorar su capacidad de comunicación y de empatía, un resumen de la lectura de un libro, una explicación de un tema ante una clase, una demostración de aptitudes artísticas, una prueba de matemáticas y otra de aptitudes tecnológicas. «Son las pruebas más duras de todo el país», asegura Melgarejo. Al proceso de selección le sigue una exigente licenciatura y periodos de prácticas.
«Suelen escoger al 10% de los candidatos que se presentan. Son los mejores, con aptitudes de sobresaliente, que han superado en el examen nacional a otros alumnos también muy buenos», afirma Luisa Gutiérrez, responsable de comunicación del Instituto Iberoamericano de Finlandia.
No es de extrañar que los profesores estén muy bien considerados socialmente en Finlandia. «Es un honor nacional ser maestro de Primaria», asegura Jari Lavonen, director del Departamento de Formación al Profesorado de la Universidad de Helsinki. Harri Skog, secretario de Estado de Educación de Finlandia desde 2006, resumía en una frase la importancia de este proceso: «La educación es la llave para el desarrollo de un país». Por eso el país nórdico dedica del 11 al 12% de los presupuestos del estado y los ayuntamientos a financiar este modelo de educación.
Pero hay otra clave para el debate: «Los profesores en Finlandia cuentan con más prestigio social que un médico», dice Luisa Gutiérrez, algo de lo que adolecen los docentes españoles. «Son valorados y respetados por padres, alumnos, el director del colegio… Se confía en ellos. Y eso contribuye a que tengan mayor autonomía y altas dosis de motivación», asegura Gutiérrez. Las mismas claves que, en opinión del profesor Vílchez, podrían hacer mejorar el sistema educativo español: «El éxito de Finlandia en educación se debe a la mayor valoración y prestigio social de los maestros, a una buena selección y una formación que se cuida. Además, hay una unión de fuerzas de todas las administraciones. Y también están bien pagados y motivados».
¿Cuáles son los Rasgos de un Buen Docente?
El profesor Vílchez, de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense, de la que también ha sido vicedecano, cree que la docencia es una carrera eminentemente vocacional. Requiere conocimientos, pero también unas cualidades y capacidades de las que no todos gozan. Incluso, en su opinión, hay rasgos personales que ayudan a ser un buen profesor: «Buena inteligencia emocional, tener habilidades sociales, ser una persona equilibrada, con capacidad de empatía, poseer esa sensibilidad humana para captar lo que le puede pasar a una persona y que no se escapen los detalles del sufrimiento, capacidad para sacar lo mejor de uno mismo y del otro. Esta es la clave. Con una dosis infinita de paciencia, capacidad de resistencia ante problemas como el estrés y capacidad para adaptarse a grupos diferentes… Hay que ser capaz de transmitir valores, tener una necesaria pedagogía de la calma que implica la escucha, dotes de comunicación, ser una persona simpática (un profesor que no sonría no es bueno), y que tenga autoridad, una característica moral que se gana día a día. Pero sobre todo, por encima de todo, querer y amar al alumno».

domingo, 1 de mayo de 2016

Clasificación de los métodos de enseñanza

Cuando se realiza una clasificación de métodos suele hacerse de manera muy personal, de acuerdo a experiencias e investigaciones propias. En este texto, he preferido valerme de clasificaciones tradicionales, fundamentalmente por la utilización del lenguaje y la terminología, de todos conocida. No obstante, me he permitido variar la nomenclatura en algún momento, con el fin de adaptarla mejor a los tiempos, los avances en el conocimiento del aprendizaje y la relación con las nuevas tecnologías en la educación.
1. Los métodos en cuanto a la forma de razonamiento
1.1. Método deductivo
Cuando el asunto estudiado procede de lo general a lo particular. El profesor presenta conceptos, principios o definiciones o afirmaciones de las que se van extrayendo conclusiones y consecuencias, o se examinan casos particulares sobre la base de las afirmaciones generales presentadas. Si se parte de un principio, por ejemplo el de Arquímedes, en primer lugar se enuncia el principio y posteriormente se enumeran o exponen ejemplos de flotación…
Los métodos deductivos son los que tradicionalmente más se utilizan en la enseñanza. Sin embargo, no se debe olvidar que para el aprendizaje de estrategias cognoscitivas, creación o síntesis conceptual, son los menos adecuados. Recordemos que en el aprendizaje propuesto desde el comienzo de este texto, se aboga por métodos experimentales y participativos.
El método deductivo es muy válido cuando los conceptos, definiciones, fórmulas o leyes y principios ya están muy asimilados por el alumno, pues a partir de ellos se generan las ‘deducciones’. Evita trabajo y ahorra tiempo.
1.2. Método inductivo
Cuando el asunto estudiado se presenta por medio de casos particulares, sugiriéndose que se descubra el principio general que los rige. Es el método, activo por excelencia, que ha dado lugar a la mayoría de descubrimientos científicos. Se basa en la experiencia, en la participación, en los hechos y posibilita en gran medida la generalización y un razonamiento globalizado.
El método inductivo es el ideal para lograr principios, y a partir de ellos utilizar el método deductivo. Normalmente en las aulas se hace al revés. Si seguimos con el ejemplo iniciado más arriba del principio de Arquímedes, en este caso, de los ejemplos pasamos a la ‘inducción’ del principio, es decir, de lo particular a lo general. De hecho, fue la forma de razonar de Arquímedes cuando descubrió su principio.
1.3. Método analógico o comparativo
Cuando los datos particulares que se presentan permiten establecer comparaciones que llevan a una solución por semejanza hemos procedido por analogía. El pensamiento va de lo particular a lo particular. Es fundamentalmente la forma de razonar de los más pequeños, sin olvidar su importancia en todas las edades.
El método científico necesita siempre de la analogía para razonar. De hecho, así llegó Arquímedes, por comparación, a la inducción de su famoso principio. Los adultos, fundamentalmente utilizamos el método analógico de razonamiento, ya que es único con el que nacemos, el que más tiempo perdura y la base de otras maneras de razonar.

2. Los métodos en cuanto a la organización de la materia
2.1. Método basado en la lógica de la tradición o de la disciplina científica
Cuando los datos o los hechos se presentan en orden de antecedente y consecuente, obedeciendo a una estructuración de hechos que va desde lo menos a lo más complejo o desde el origen hasta la actualidad o siguiendo simplemente la costumbre de la ciencia o asignatura. Estructura los elementos según la forma de razonar del adulto.
Es normal que así se estructuren los libros de texto. El profesor es el responsable, en  caso necesario, de cambiar la estructura tradicional con el fin de adaptarse a la lógica del aprendizaje de los alumnos.
2.2. Método basado en la psicología del alumno
Cuando el orden seguido responde más bien a los intereses y experiencias del alumno. Se ciñe a la motivación del momento y va de lo conocido por el alumno a lo desconocido por él. Es el método que propician los movimientos de renovación, que intentan más la intuición que la memorización.
Muchos profesores tienen reparo, a veces como mecanismo de defensa, de cambiar el ‘orden lógico’, el de siempre, por vías organizativas diferentes. Bruner le da mucha importancia a la forma y el orden de presentar los contenidos al alumno, como elemento didáctico relativo en relación con la motivación y por lo tanto con el aprendizaje.

3. Los métodos en cuanto a su relación con la realidad
3.1. Método simbólico o verbalístico
Cuando el lenguaje oral o escrito es casi el único medio de realización de la clase. Para la mayor parte de los profesores es el método más usado. Dale, lo critica cuando se usa como único método, ya que desatiende los intereses del alumno, dificulta la motivación y olvida otras formas diferentes de presentación de los contenidos.
3.2. Método intuitivo
Cuando se intenta acercar a la realidad inmediata del alumno lo más posible. Parte de actividades experimentales, o de sustitutos. El principio de intuición es su fundamento y no rechaza ninguna forma o actividad en la que predomine la actividad y experiencia real de los alumnos.

4. Los métodos en cuanto a las actividades externas del alumno
4.1. Método pasivo
Cuando se acentúa la actividad del profesor permaneciendo los alumnos en forma pasiva. Exposiciones, preguntas, dictados...
4.2. Método activo
Cuando se cuenta con la participación del alumno y el mismo método y sus actividades son las que logran la motivación del alumno. Todas las técnicas de enseñanza pueden convertirse en activas mientras el profesor se convierte en el orientador del aprendizaje.

5. Los métodos en cuanto a sistematización de conocimientos
5.1. Método globalizado
Cuando a partir de un centro de interés, las clases se desarrollan abarcando un grupo de áreas, asignaturas o temas de acuerdo con las necesidades. Lo importante no son las asignaturas sino el tema que se trata. Cuando son varios los profesores que rotan o apoyan en su especialidad se denomina Interdisciplinar.
En su momento, en este mismo texto, se explica minuciosamente la estrategia trasversal y las posibilidades de uso en las aulas.
5.2. Método especializado
Cuando las áreas, temas o asignaturas se tratan independientemente.

6. Los métodos en cuanto a la aceptación de lo enseñado
6.1. Dogmático
Impone al alumno sin discusión lo que el profesor enseña, en la suposición de que eso es la verdad. Es aprender antes que comprender.
6.2. Heurístico o de descubrimiento (del griego heurisko: enseñar)
Antes comprender que fijar de memoria, antes descubrir que aceptar como verdad. El profesor presenta los elementos del aprendizaje para que el alumno descubra.
 

domingo, 17 de abril de 2016

Diferencias entre explicar y enseñar en el aula.

Esta es la cuestión. El artículo de hoy quiere ser una reflexión en voz alta entre lo que entiendo por explicar y por enseñar en el aula. Hace tiempo que vengo dándole vueltas a estos dos términos tan íntimamente ligados con la educación porque creo que ambos presentan diferencias sustanciales. Con ello no quiero decir que uno sea mejor o peor que el otro, sino que simplemente tienen enfoques educativos distintos. Reflexionar sobre estos conceptos es reflexionar sobre mi práctica docente, sobre tu práctica docente. Así pues, aquí van mis 10 diferencias entre explicar o enseñar.

Mis 10 diferencias entre explicar y enseñar en el aula. 

Aquí te presento esta sencilla infografía que me parece no un punto de llegada, sino un punto de partida entre lo que considero explicar y enseñar en el aula. Vaya por delante que el hecho de explicar en el aula no lo concibo como algo negativo. Nada más lejos. En mi caso debo decir que, seguramente, explico mucho más que enseño. Pero creo que de lo que se trata es, precisamente, de invertir esa metodología, es decir, impulsar la enseñanza por encima de la explicación.

Enseñar

15 Errores que como docente he cometido en el aula

Ser docente en estos tiempos… Los que me leéis con asiduidad sabéis que en ocasiones he insistido en que hay veces que debes dar un paso atrás para dar dos hacia adelante. Pues bien, hoy no voy a dar un paso atrás, sino quince, porque quince son los años que llevo ejerciendo como docente en la escuela pública.
Quince años que han dado para más de 8.000 sesiones de docencia directa con alumnos. Quince años repletos de aciertos y de no pocos errores. Precisamente de errores es de lo que te vengo a hablar en esta entrada. Concretamente, de 15 errores que echando la vista atrás me he dado cuenta de que debía rectificar para bien de mis alumnos. ¿Quieres saber cuáles han sido estos 15 errores y cómo estoy, a día de hoy, intentando corregirlos? Pues te invito a que me acompañes porque zarpamos…
Docente
Imagen extraída de Shutterstock

15 Errores que como docente he cometido en mis 15 años ejerciendo mi profesión.

1. Distinguir entre oír y escuchar de forma activa.
  • Confieso que tardé un tiempo en darme cuenta de la diferencia que existía entre oír y escuchar de forma activa a mis alumnos. Oír a tus alumnos es mirarlos a la cara, pero teniendo la mente puesta en ti y en las preocupaciones que te rondan por la cabeza en ese momento. Sin embargo, la escucha activa consiste en tener la capacidad de vaciar tu mente y entregar tu tiempo a ese alumno que se ha dirigido a ti por algún motivo.
2. Valorar más el proceso que el resultado.
  • En mis primeros como docente años el examen lo era todo, el examen era el rey del proceso de enseñanza-aprendizaje. Todo giraba en torno a él. Con el tiempo me he dado cuenta de lo equivocado que estaba, de que lo importante era supervisar lo que el alumno iba aprendiendo por el camino, lo que iba asimilando de mis enseñanzas. Ese es el verdadero valor y no el una nota final.
3.  Afrontar el conflicto como una oportunidad.
  • Así es. Me ha llevado unos años darme cuenta de que los conflictos en sí no son malos, pese a la connotación negativa que el propio término implica. De lo que se trata es de transformar el conflicto en un conflicto positivo, es decir, ser conscientes de que la persona siempre debe estar por encima del conflicto y que ese conflicto puede construirse desde el diálogo y la mediación.
4. Promover la educación disruptiva.
  • Siempre había tenido la certeza de que, para enseñar, una premisa imprescindible era el silencio. El silencio era orden, control y disciplina. Con los años me he dado cuenta de que el silencio era necesario porque el tipo de clase que daba era exclusivamente unidireccional, es decir, yo enseño y tú -el alumno- escuchas. Hay momentos en que el silencio es necesario en un aula, pero también tiene que haber tiempo para la disrupción, es decir, para la cooperación, el debate y el espíritu crítico.
5. Fomentar la excelencia por encima de la perfección.
  • Cuando el examen es el rey, la perfección se convierte en la meta de cualquier aprendizaje. Así pensaba yo. Ahora me doy cuenta de que la excelencia es mucho más importante que la perfección porque incide más en el proceso que en el resultado.
6. Ser empático en lugar de simpático.
  • Cuando empecé como docente creía que podría acercarme a mis alumnos a través de la simpatía. Con los años me di cuenta de que con mis alumnos no se trataba de ser simpático, sino empático, es decir, la simpatía me hacía tener una respuesta para todo, una solución para todo, la aprobación del alumno. Ahora sé que de lo que se trata es de ser empático porque la empatía no juzga, se centra en la persona y no exclusivamente en la solución para esa persona.
7. Insistir en que explicar no es lo mismo que enseñar.
  • Creo que es inevitable que, cuando empiezas a ejercer de docente, no seas consciente de la diferencia entre los términos explicar y enseñar. Tardé años en darme cuenta de que en mis clases lo que hacía era sobre todo explicar, es decir, transmitir conocimientos que mis alumnos podían aprender por sí mismos.
8.  Aprender a formular preguntas abiertas.
  • Al querer ser simpático me di cuenta de que las preguntas que formulaba a mis alumnos eran preguntas cerradas, preguntas que no generaban opciones, preguntas que no buscaban el diálogo. Si algo he aprendido es que las preguntas abiertas inciden en lo emocional, invitan a la reflexión y a la retroalimentación.
9. Promover la mediación antes que la sanción.
  • Tardé unos cursos en darme cuenta de la importancia de mediar los conflictos que iban urgiendo en el aula. Muchos docente prefieren sancionar antes que mediar porque la sanción es rápida, es inmediata. La sanción carece de diálogo, de opciones. Sin embargo, la mediación es mucho más efectiva porque tiene un efecto reparador.
10. Equilibrar en el aula la inteligencia emocional y la inteligencia intelectual.
  • La educación tradicional es una educación lineal. Y como es lineal, no hay tiempo más que para trabajar conceptos y procedimientos. La educación lineal no crea opciones y, sin opciones, no es posible enseñar emociones. Han sido estos últimos años en los que me he dado cuenta de que las emociones pasan por replantearse la forma en la que se enseña en las aulas, una forma unidireccional incapaz de transformar el tiempo para dar paso a un currículum ligado a las competencias emocionales.
11. Enseñar a aprender desde la cooperación.
  • Al darme cuenta de que podía transformar el espacio del aula, también me di cuenta de que se me abría la oportunidad de que fueran los propios alumnos los que aprendieran de sus propios compañeros. Sin duda, el ir sustituyendo la clase lineal y tradicional por una clase cooperativa me ha dado una nueva visión del tiempo y del espacio en el aula.
12. Defender una escuela inclusiva de todos y para todos.
  • Aunque siempre he sido muy sensible con todo lo relacionado con la educación inclusiva, no ha sido hasta hace poco que he podido transformar el tiempo y el espacio en el aula, que he podido dedicar a los alumnos con necesidades educativas especiales toda la atención que requerían. Una educación intelectual sí, pero también emocional. También he podido valorar la inestimable labor del Pedagogo Terapeuta en el aula.
13. Hacer de las TIC un aliado, no un sustituto.
  • Quince años en las aulas dan para mucho. Sin duda, la evolución tecnológica ha sido mucha. En mi caso debo confesar que me ha cambiado por completo mi forma de enseñar. Tal vez el error que cometí en mis primeros años fue pensar que la tecnología podría estar por encima del docente. Grave error. El tiempo me ha enseñado que las TIC nunca podrán sustituir al docente, sino que lo acompañarán para hacer de él, precisamente, un mejor docente.
14. Valorar el error como una forma más de aprendizaje.
  • Cuando lo que buscas es la perfección, no existe margen de error. Así es como pensaba yo. Ahora que valoro el proceso me doy cuenta de que el error es un elemento indispensable para el aprendizaje. Un error que debe enfocarse desde una perspectiva constructiva, como un punto de partida, como un acto de valentía.
15. Promover el “saber hacer” por encima del “saber”.
  • Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo. ¡Cuánta verdad esconde esta cita de Benjamin Franklin! En mis primeros años como docente pensaba que el aprendizaje consistía en saber, en ir acumulando definiciones, fechas, nombres de obras… Ahora me doy cuenta de lo equivocado que estaba. Ahora sé que de lo que se trata es de enseñar a que tus alumnos aprendan destrezas y habilidades para que puedan enfrentarse al mundo que les espera con la mayor de las garantías.

Liderazgo para docentes.

El mejor líder es aquel que la gente apenas sabe que existe. Esta cita sobre liderazgo del filósofo chino Lao Tzu ilustra magníficamente la concepción que tengo acerca del liderazgo tanto dentro como fuera del aula. Se habla poco o nada de liderazgo en los centros educativos, tal vez porque se asocia al mundo empresarial o deportivo. Pero personalmente creo que hablar de liderazgo en el ámbito educativo es algo beneficioso para ti y para toda la comunidad educativa. En el artículo de hoy te explicaré 6 tipos de liderazgos basados en el célebre libro de Daniel Golemantitulado Liderazgo. ¿Me sigues?
Liderazgo
6 Tipos de liderazgo para docentes. ¿Cuál es el mejor?

1. Liderazgo autoritario.

  • Posee visión de futuro.
  • Motiva constantemente a sus alumnos.
  • Hace que sus alumnos perciban que lo que hacen es importante para ti y para ellos.
  • Da tareas individuales, pero siempre pensando que dichas ideas tienen un valor global.
  • El alumno sabe en todo momento cuál es su objetivo y cuál es su recompensa.
  • El objetivo marcado es claro, pero a la vez tiene una cierta flexibilidad.
  • Permite la innovación.
  • Permite la experimentación.
  • Acepta los riesgos.
NO FUNCIONA CUANDO:
  • Docente y alumnos tienen unos conocimientos iguales o muy parecidos, ya que estos lo conciben como un docente presuntuoso o poco informado.
  • Se abusa del despotismo y la intransigencia.

2. Liderazgo coach.

  • Ayuda a los alumnos a tomar conciencia de sus puntos fuertes y sus puntos débiles.
  • Es capaz de definir cuáles son las aspiraciones personales, académicas y profesionales de sus alumnos.
  • Ofrece una gran cantidad de instrucciones porque pauta las  tareas.
  • Ofrece mucho feedback a sus alumnos.
  • Delega tareas con frecuencia, incluso las que se consideran complejas.
  • Defiende el error como una forma más de aprendizaje.
  • Defiende el valor del diálogo como herramienta para aumentar la responsabilidad entre sus alumnos.
  • Verbaliza el compromiso ante sus alumnos.
NO FUNCIONA CUANDO:
  • Los alumnos manifiestan muy pocas ganas de aprender.
  • Los alumnos manifiestan una falta considerable de motivación.

3. Liderazgo conciliador.

  • Valora a sus alumnos y sus emociones por encima de las tareas y los objetivos de las mismas.
  • Busca en todo momento un buen clima de trabajo.
  • Concede mucha importancia a la lealtad.
  • Defiende cierto grado de autonomía en el aprendizaje.
  • Practica el refuerzo positivo incondicional, es decir, trabaja para aumentar el autoconcepto y la autoestima de sus alumnos verbalizando sus logros y aciertos.
  • Promueve la armonía dentro del grupo, así como la moral de sus alumnos.
NO FUNCIONA CUANDO:
  • El docente abusa del elogio.
  • El docente no ofrece soluciones a corto o medio plazo que puedan satisfacer al alumno.

4. Liderazgo democrático.

  • Invierte mucho tiempo en recopilar ideas.
  • Trabaja con la intención de tener el respaldo de sus alumnos.
  • Busca constantemente en el grupo conseguir confianza, respeto y compromiso.
  • Fomenta la flexibilidad y la responsabilidad a la hora de trabajar porque tiene muy en cuenta las opiniones y decisiones de sus alumnos.
  • Es muy realista en cuanto a la consecución de objetivos.
INCONVENIENTES:
  • Se ralentiza con consecución de objetivos, dada la pluralidad de opiniones.
  • Favorece poco la cohesión de grupo al fomentar tanto la participación.

5. Liderazgo ejemplarizante.

  • El docente tiene un alto rendimiento en su trabajo y lo demuestra constantemente.
  • Se obsesiona por hacer las tareas mejor y más rápido y lo exige también a sus alumnos.
  • Busca el mismo nivel y exigencia en todos sus alumnos.
  • Tiene las ideas claras, pero no siempre es capaz de transmitirlas con claridad al grupo.
  • Fomenta la desmoralización y el abandono debido a la alta tasa de exigencia.
  • El alumno se preocupa más por adivinar lo que quiere el docente que no por su trabajo en el aula.
  • No hay flexibilidad.
  • Desaparece la responsabilidad.
  • Las tareas son, por lo general, repetitivas, mecanizadas y aburridas.
  • El alumno ve poca recompensa en su esfuerzo.
  • Manifiesta poca sensibilidad por la atención a la diversidad.
PUEDE FUNCIONAR CUANDO:
  • Los alumnos son homogéneos, están muy motivados, son muy competentes en sus tareas y requieren de poca atención o seguimiento individualizado.
  • Hay que realizar alguna actividad o proyecto en un plazo determinado.

6. Liderazgo coercitivo o dominante.

  • Sólo el docente toma decisiones y es inflexible.
  • No favorece el espíritu crítico o la generación de nuevas ideas o sugerencias.
  • No fomenta la implicación del alumno en el grupo.
  • Desaparece el sentido de la responsabilidad.
  • No fomenta el sistema de recompensas.
  • Es poco motivador para los alumnos.
PUEDE FUNCIONAR CUANDO:
  • Se necesita dar un cambio radical al rumbo de un grupo.
  • Ocurre una situación traumática o de emergencia tanto en el grupo como en el centro escolar.

Liderazgo. ¿Cuál es la mejor opción?

Muy probablemente si has leído hasta aquí te habrás sentido identificado en mayor o menor grado con alguno de los 6 tipos de liderazgo que Daniel Goleman defiende en su libro Liderazgo. Lo que he pretendido con este artículo ha sido darte a conocer 6 tipos de liderazgo para que, una vez los conozcas, veas con cuáles te siente más identificado. Pero también es importante que hagas el esfuerzo por ampliar al máximo otros tipos de liderazgo que sabes bien que no posees, incluso los dos últimos que, como habrás leído, tienden a ser bastante negativos en la mayoría de ocasiones, pero que tal vez en algún momento precisarás.
Un líder no destaca por un sólo tipo de liderazgo. El gran líder es aquel que tiene la capacidad de flexibilizar su liderazgo en función de las necesidades de cada grupo. Esa es la verdadera esencia de un buen líder. De ahí la importancia de aumentar en la medida de lo posible tu repertorio. Sin duda, se trata de un reto apasionante al que te invito desde ya a llevar a cabo. El camino no será fácil, pero te aseguro que la recompensa será, cuanto menos, extraordinaria. ¿Aceptas el reto?