viernes, 29 de agosto de 2014

Carta de un alumno a su profesor


INTELIGENCIAS MÚLTIPLES EN EL AULA.


INTELIGENCIAS MÚLTIPLES.


La educación que trata a todos de la misma
  forma es la más injusta que puede existir.
                                                                                  Howard Gardner
Cuenta Martin Seligman  la revelación que supuso para él una conversación que tuvo con su hija de cinco años: “Papá, ¿te acuerdas de antes de que cumpliera los cinco años? Desde los tres a los cinco años era una llorona. Lloraba todos los días. El día que cumplí cinco años decidí que no lloraría más. Es lo más difícil que he hecho en mi vida. Y si yo puedo dejar de lloriquear, tú puedes dejar de ser un cascarrabias” (Seligman, 2011). Aunque el padre y prestigioso psicólogo americano decidió cambiar,  advirtió algo todavía más importante: la educación de su hija no pasaba por corregir sus defectos sino por desarrollar esa fortaleza ya mostrada de forma precoz (en el caso concreto de la niña, a diferencia de sus hermanos, destacaba una gran inteligencia social) que permitiera desenvolverse de forma adecuada por la vida.
Identificar las fortalezas de los niños en lugar de las carencias, que es lo que se ha hecho normalmente, debería permitir una planificación educativa adecuada. Lo cierto es que aunque todos somos diferentes, con cerebros únicos y singulares, la escuela ha considerado tradicionalmente una única forma de aprendizaje y ha clasificado a los alumnos en función de una capacidad general. Los test de inteligencia, que son limitados, descontextualizados y en los que han predominado las exigencias matemáticas y verbales, han servido para etiquetarlos en lugar de promover su desarrollo académico que era para lo que se crearon inicialmente. La fascinación por el cociente intelectual está en concordancia con la adopción exagerada de los exámenes formales como forma de evaluación, en la mayoría de los casos  descontextualizados, alejados de la realidad y con poca utilidad práctica. Los alumnos son evaluados de forma individual cuando sabemos que las necesidades sociales actuales son muy diferentes.
La realidad es que, en la gran mayoría de las escuelas, se adaptan currículos uniformes en los que los alumnos han de estudiar las mismas asignaturas presentadas de idéntica forma.
La teoría de las inteligencias múltiples de Gardner
Howard Gardner ha sostenido que el concepto tradicional de inteligencia es demasiado limitado y que tenemos múltiples inteligencias (ver tabla), todas ellas importantes, que la educación debería considerar de forma equitativa para que todos los niños pudieran optimizar sus capacidades individuales. En la práctica, no todos aprendemos de la misma forma ni tenemos los mismos intereses y en un mundo cambiante como el actual, en el que la diversidad de información es una realidad, la elección resulta inevitable.
Las implicaciones educativas de la teoría de las inteligencias múltiples son enormes. Está sugiriendo a los docentes la necesidad de aplicar estrategias pedagógicas más allá de las lingüísticas y lógicas que predominan en el aula y de adoptar enfoques creativos que se alejen de las tradicionales distribuciones de mesas en filas y columnas con el profesor delante (y en muchas ocasiones por encima), de las pizarras o de la dependencia excesiva de los libros de texto. Los nuevos tiempos requieren entornos que fomenten la creatividad y la colaboración.
Tabla de inteligencias múltiples
Identificar las inteligencias múltiples de los alumnos
El desarrollo de un perfil de las inteligencias múltiples de los alumnos no resulta tarea fácil. Esa evaluación requiere de un proceso continuo de observación que permita ir recopilando información útil reuniendo informes, hablando con los padres u otros profesores, preguntando a los propios alumnos o también organizando actividades especiales.
Quisimos probar un cuestionario con 48 preguntas  en un grupo de 21 alumnos del bachillerato de ciencias que constituía una adaptación de unas listas propuestas por uno de los grandes expertos en la teoría de las inteligencias múltiples, Thomas Armstrong (Armstrong, 2006). Aunque no existen pruebas milagrosas que permitan identificar directamente las diferentes capacidades de los alumnos, queríamos analizar la información que nos aportaba el cuestionario con lo conocido.
Había seis cuestiones referidas a cada una de las ocho inteligencias iniciales propuestas por Gardner (al final del documento se indica la distribución,Cuestionario sobre las inteligencias múltiples) y se pidió a los alumnos que valoraran cada una de ellas con una puntuación desde 1 hasta 10 en orden creciente de identificación, es decir, el 1 corresponde a la identificación  mínima con el supuesto planteado y el 10 con la máxima (ver gráfico 1). Una vez rellenado el cuestionario y tras una explicación sobre su funcionalidad y relación con la teoría de las inteligencias múltiples, se les pidió que eligieran las dos inteligencias que ellos creían que tenían más desarrolladas (ver gráfico 2). Estos fueron los resultados:
Evaluación de las inteligencias múltiples
En este gráfico se observa la evaluación de las diferentes inteligencias a partir de los resultados del cuestionario, según las valoraciones que han hecho los alumnos sobre los supuestos planteados. Existe una gran uniformidad en los resultados globales y, a pesar de ser un grupo de ciencias, no destaca sobre las demás la inteligencia lógico-matemática (5,90 sobre 10) como podría esperarse a priori. Los resultados más altos se obtienen en la musical (6,56) y los más bajos en la lingüística (5,45).
Inteligencias predominantes
En este segundo gráfico se comparan las inteligencias predominantes según las creencias  propias  de los alumnos (en azul) con las que destacan más según los resultados del test (en rojo). En 18 de los 21 casos los resultados del cuestionario coincidieron con una o las dos inteligencias predominantes que ellos creen que tienen (76,2 % una, 9,5% dos), mientras que en los otros 3 alumnos (14,3%) los resultados no concordaron con sus propias elecciones.
Interesante constatar que hay pocos alumnos de este grupo que crean que una de sus inteligencias predominantes sea la lógico-matemática, y aunque no debe existir una identificación directa de esta inteligencia con la asignatura de matemáticas, las creencias propias y los factores emocionales son muy importantes en dicha materia. Por otra parte, como observamos en el gráfico 2, los resultados del cuestionario predicen bastante bien las inteligencias naturalista, musical e interpersonal que los alumnos han considerado como predominantes.
La teoría en la práctica.
Además de las importantes implicaciones pedagógicas que se derivan de lo anterior, la teoría de Gardner sugiere opciones interesantes para la planificación de las unidades didácticas y de los programas escolares. La mejor forma de enfocar el desarrollo curricular asumiendo la teoría de las inteligencias múltiples será planificando las unidades didácticas teniendo en cuenta las diferentes inteligencias, aunque no es necesario diseñar las clases  considerando las ocho áreas.

Las unidades deben tener un planteamiento interdisciplinario, favorecer el trabajo colaborativo y relacionar el conocimiento puramente académico con los intereses extraescolares.
Ejemplo práctico: el principio de Arquímedes
A continuación exponemos brevemente un ejemplo que hemos diseñado para el nivel de secundaria basado en la teoría de las inteligencias múltiples y que tiene como objetivo explicar el principio de Arquímedes utilizando actividades que impliquen a las ocho inteligencias:

  • Explicamos el principio de Arquímedes: “Todo cuerpo sumergido parcial o totalmente en un fluido experimenta una fuerza (empuje) ascendente igual al peso del fluido desalojado”. Debatimos este enunciado y lo relacionamos con las leyes de Newton aplicadas a un fluido (lingüística).
  • Deducimos y analizamos la expresión matemática del principio E = mg = dVg (E es el empuje, m la masa de fluido desalojada, g la aceleración de la gravedad, d la densidad del fluido y V el volumen del fluido desalojado) y resolvemos problemas específicos en los que intervenga esta relación (lógico-matemática).
  • Proponemos una imagen visual del principio de Arquímedes: “Imaginad lo que ocurre cuando un trozo de corcho lo sumergimos en el interior de un recipiente con agua” (se acelera hacia la superficie en donde flota parcialmente debido a que la fuerza del agua hacia arriba supera a la fuerza gravitatoria). Podemos poner un video en el que se visualiza el desplazamiento de un submarino alterando su peso a través de un sistema de tanques que pueden almacenar agua o aire (espacial).
  • Realizamos experimentos en el laboratorio en los que se manipulan varios objetos sumergiéndolos en recipientes con líquidos diferentes y se miden los pesos de los mismos fuera y dentro del recipiente para comparar las respectivas fuerzas de empuje (cinético-corporal).
  • Preguntamos a los alumnos que sienten cuando están en la bañera. “¿Tenéis la sensación de que podéis mover las piernas con mayor facilidad?”. Podemos trasladar el análisis a cuando se sumergen, nadan o flotan en la piscina (intrapersonal).
  • Se realizan  las actividades en equipo para analizar los resultados conjuntamente teniendo en cuenta las opiniones de cada uno de los integrantes (interpersonal).
  • Debatimos las razones por las que los barcos se hunden (al estar fabricados principalmente de acero cuando se inundan no desalojan agua con lo que no experimentan el empuje hacia arriba) y analizamos las repercusiones medioambientales (naturalista).
  • Se hace repetir rítmicamente, o acompañando la recitación con algún instrumento musical, la siguiente ayuda mnemotécnica: “cuerpo dentro, fluido fuera, empuje arriba, peso abajo” (musical).

Conclusiones finales
Es evidente que la educación tradicional que se inspiró en necesidades pasadas ha dejado de ser válida, por lo que se requiere una enorme transformación que considere alternativas creativas adecuadas a las necesidades de los tiempos actuales, pero para ello se necesitan tomar las medidas convenientes. Por ejemplo, para que un centro se convierta en una escuela de inteligencias múltiples no se ha de limitar a ofrecer una gran variedad de asignaturas o materias diferentes. El propio Gardner considera imprescindible en este modelo educativo la presencia de determinados profesionales que desarrollen funciones inexistentes en la mayoría de colegios: un especialista evaluador que comprenda las habilidades e intereses de los alumnos, un mediador alumno-currículo que asesore al estudiante y un mediador escuela-comunidad que permita al estudiante  buscar oportunidades educativas dentro de la comunidad (Gardner, 2005).
Los nuevos tiempos requieren nuevas estrategias educativas y lo que está claro es que una escuela que sea útil ha de considerar el aprendizaje para la vida, pero para ello no se pueden tener en cuenta únicamente las matemáticas y la lengua, que tradicionalmente han sido las materias que han servido para predecir el éxito escolar y catalogar la inteligencia de los alumnos. Las implicaciones educativas son enormes porque el alumno dotado para las matemáticas es inteligente mientras que, por ejemplo,  el dotado para la música también lo es (y no talentoso como se consideraba normalmente). En este nuevo marco educativo es imprescindible obtener información sobre cómo aprende el alumno y cuáles son sus fortalezas e intereses para así  poder utilizar todos los recursos pedagógicos disponibles. El maestro deja de ser un transmisor de conocimientos y se convierte en un guía que acompaña el proceso de aprendizaje real del alumno permitiéndole adquirir las competencias requeridas en pleno siglo XXI. Richard Gerver lo explica muy bien, “la educación formal, clásica, basada en superar exámenes, no crea personas creativas e innovadoras preparadas para el futuro que les tocará vivir en el siglo XXII, sino personas que se acostumbran a ser gestionadas (a que les digan qué tienen que aprender y cómo lo tienen que aprender). La educación clásica provoca que muchas personas sean fracasadas porque esperan ser gestionadas” (Gerver, 2012).  Descubrir el talento de cada niño, generar entornos adecuados que optimicen el aprendizaje a través de sus intereses y fomentar su autonomía constituyen la esencia del nuevo paradigma educativo. La creatividad y la voluntad que requiere esta transformación también se aprenden.

jueves, 28 de agosto de 2014

Inteligencias Multiples en el aula

Las inteligencias múltiples en el aula

Todos somos hábiles en una o más áreas, tenemos diferentes aficiones y aptitudes y reaccionamos de diferente forma; en ese sentido la Teoría de las Inteligencias Múltiples (IM), de Howard
Gardner, nos ofrece una orientación para identificar las capacidades de nuestros estudiantes y ayudarlos a potenciarlas desde la escuela.

Como docentes es necesario que reconozcamos la presencia de distintas inteligencias para poder adecuar no solo los contenidos, sino también, nuestras metodologías y estrategias respetando y valorando las diferencias. El docente que tiene en cuenta las capacidades y destrezas de sus alumnos, no solo enseñará con equidad, sino que promoverá distintas competencias en ellos porque la escuela debe tener una visión más integradora de la persona del estudiante, más pluralista de la mente y reconocer las muchas facetas de la cognición, donde cada persona tiene diferentes potencialidades y estilos cognitivos.

Indicadores de IM en el aula

Como sugiere Thomas Armstrong, un buen modo de identificar las inteligencias más desarrolladas de los alumnos consiste en observar cómo se “portan mal” en clase: “El estudiante lingüístico hablará cuando no le toca; el alumno muy espacial no dejará de garabatear y de soñar despierto; el interpersonal se pasará el día estableciendo relaciones sociales; el cinético-corporal no dejará de moverse, y el naturalista podría llevar un animal a clase sin pedir permiso”. Y es que a través del comportamiento transmitimos la forma en que aprendemos porque es así como nos resulta más natural.

Otro método de observación es prestar atención a las actividades en las que invierten su tiempo libre en el colegio. Es decir, ¿qué hacen cuando nadie les dice qué tienen que hacer? Si dedica algún tiempo en sus clases a dejar que los alumnos elijan entre varias actividades, ¿cuáles escogen?, ¿los libros?, ¿los juegos en grupo?, ¿el dibujo?, ¿los trabajos manuales? Si observamos a nuestros estudiantes en estas actividades de su elección, aprenderemos mucho sobre el modo más eficaz de aprender de cada uno.

Otras fuentes de información son los colegas de áreas diferentes a la nuestra, reúnase periódicamente con ellos para comparar observaciones. Es muy probable que un alumno que va muy lento en una asignatura sea uno de los mejores en una clase que requiere inteligencias distintas.

Actividades propuestas

Este modelo de aprendizaje no tiene como objetivo decidir a qué grupo exclusivo se pertenece, sino evidenciar las potencialidades de cada uno, fomentando la inclusión y brindando a todos la oportunidad de verse a sí mismos inteligentes. Presentamos algunas actividades que pueden ayudarnos a identificar y reconocer algunas inteligencias que nos permitan orientar mejor nuestra práctica en el aula.

  1. Día de los profesionales. Invite miembros de la comunidad a la clase para que hablen de sus trabajos y contextualice esta actividad dentro de un marco de inteligencias múltiples.
  2. Exposiciones. Exponga los trabajos realizados por los alumnos que requieran el uso de cada una de las ocho inteligencias: ensayos, dibujos, proyectos, simulaciones, etc.
  3. Mesas de inteligencias. Disponga ocho mesas, cada una etiquetada con una de las inteligencias. Coloque en cada mesa una tarjeta de tareas que indique qué deben hacer los estudiantes (un ejercicio de redacción, un dibujo, una tarea de construcción, un trabajo en equipo, observar un animal, etc.). Indique que se dirijan a la mesa que consideren representa su inteligencia más desarrollada, a un aviso o sonido deberán cambiar de mesa, continuar el proceso hasta que todos pasen por todas las mesas.
  4. A la caza de la inteligencia humana. Se basa en la idea de que cada uno de nosotros es un “cofre del tesoro” lleno de dotes especiales que son nuestras inteligencias. Cada estudiante recibe una lista de tareas y a una señal buscan a compañeros de clase capaces de realizar las tareas de la lista.
  5. Historias, canciones y juegos. Invente su propia historia, canción o juego para enseñar la idea de las inteligencias múltiples. Por ejemplo, “puede crear un cuento sobre ocho niños, cada uno experto en una inteligencia, que no se llevan demasiado bien y que se ven inmersos en una aventura que los conduce a unas lejanas tierras mágicas. En cada tierra se enfrentan a retos que requieren la inteligencia única de un niño. Al final de la historia, los ocho niños son capaces de realizar una tarea única porque unen sus talentos o inteligencias” (Thomas Armstrong).